Aún no tenemos claro si ha sido una dimisión o cese. Lo que ya es una realidad es que a apenas cuatro meses de la aprobación a bombo y platillos del supermillonario, presupuestariamente hablando, Plan Especial del Alto Guadiana, Enrique Calleja, el presidente de la CHG, artífice e impulsor de esta Plan, ha dimitido o ha sido cesado en su cargo.
La dimisión o cese de Calleja obedece fundamentalmente a que se ha desmoronado el castillo de naipes que había conseguido apenas poner en pie. Y se ha venido abajo por varias razones:
1º.- El PEAG no tiene presupuesto: a pesar de que durante la pasada campaña electoral Barreda y los suyos presumían de contar con un elástico presupuesto que pasaba en horas veinticuatro de 3.000 a 5.000 y hasta 6.000 millones de euros, lo cierto es que en los Presupuestos Generales del Estado para este año apenas había presupuestados 180 millones de euros, y , aunque la astronómica cifra era para los próximos 20 años, no dejaba de ser una quimera.
Ese acuerdo multimillonario solo se basaba en una foto Barreda-Zapatero y una promesa a pie de foto.
2º.- Los únicos fondos ciertos son los provenientes de las incesantes sanciones que día a día caen sobre las familias agrarias que, con enorme sacrificio hicieron un pozo para mantener sus economías.
3º.- Nunca ha sido cierto el consenso con el que se decía se había llegado a la aprobación del PEAG. Aquí, mas que consenso lo que ha habido ha sido conchabeo y amordazamientos a cambio de no sabemos que contraprestaciones derivadas de la puesta en marcha del PEAG (ubicación del Consorcio, conferencias divulgativas pagadas sobre las bondades del Plan, participación en la gestión y el control, instalación de caudalímetros, etc). Todo este tinglado se viene abajo si falta el presupuesto.
4º.- A pesar del amordazamiento, algunos grupos, como esta Plataforma, han mantenido la lucha denunciando durante mas de seis meses los fallos del PEAG y la ruina que su puesta en marcha supondrá para Castilla-La Mancha.
5º.- La conflictividad social está servida. Hasta aquí Organizaciones Agrarias, Comunidades de Regantes y grupos mediáticos han estado sujetando a la opinión pública, pero el comienzo de una nueva campaña de regadío salpicado de cierres de pozos y sanciones millonarias ha vuelto a encrespar los ánimos hasta el punto de que Asaja, que hace apenas un mes se reun´´ia con Calleja y celebraba falsas soluciones, se ha visto obligada a montar una manifestación y en las próximas fechas los movimientos espontáneos se irán sucediendo a medida que la indignación se vaya extendiendo entre los agricultores.
Da igual que Calleja haya dimitido o lo hayan cesado, en cualquier caso esta es la prueba evidente de que el PEAG no sirve. Nunca ha servido porque partía, como hemos dicho tantas veces, de unas falsas premisas.
La dimisión o cese de Calleja obedece fundamentalmente a que se ha desmoronado el castillo de naipes que había conseguido apenas poner en pie. Y se ha venido abajo por varias razones:
1º.- El PEAG no tiene presupuesto: a pesar de que durante la pasada campaña electoral Barreda y los suyos presumían de contar con un elástico presupuesto que pasaba en horas veinticuatro de 3.000 a 5.000 y hasta 6.000 millones de euros, lo cierto es que en los Presupuestos Generales del Estado para este año apenas había presupuestados 180 millones de euros, y , aunque la astronómica cifra era para los próximos 20 años, no dejaba de ser una quimera.
Ese acuerdo multimillonario solo se basaba en una foto Barreda-Zapatero y una promesa a pie de foto.
2º.- Los únicos fondos ciertos son los provenientes de las incesantes sanciones que día a día caen sobre las familias agrarias que, con enorme sacrificio hicieron un pozo para mantener sus economías.
3º.- Nunca ha sido cierto el consenso con el que se decía se había llegado a la aprobación del PEAG. Aquí, mas que consenso lo que ha habido ha sido conchabeo y amordazamientos a cambio de no sabemos que contraprestaciones derivadas de la puesta en marcha del PEAG (ubicación del Consorcio, conferencias divulgativas pagadas sobre las bondades del Plan, participación en la gestión y el control, instalación de caudalímetros, etc). Todo este tinglado se viene abajo si falta el presupuesto.
4º.- A pesar del amordazamiento, algunos grupos, como esta Plataforma, han mantenido la lucha denunciando durante mas de seis meses los fallos del PEAG y la ruina que su puesta en marcha supondrá para Castilla-La Mancha.
5º.- La conflictividad social está servida. Hasta aquí Organizaciones Agrarias, Comunidades de Regantes y grupos mediáticos han estado sujetando a la opinión pública, pero el comienzo de una nueva campaña de regadío salpicado de cierres de pozos y sanciones millonarias ha vuelto a encrespar los ánimos hasta el punto de que Asaja, que hace apenas un mes se reun´´ia con Calleja y celebraba falsas soluciones, se ha visto obligada a montar una manifestación y en las próximas fechas los movimientos espontáneos se irán sucediendo a medida que la indignación se vaya extendiendo entre los agricultores.
Da igual que Calleja haya dimitido o lo hayan cesado, en cualquier caso esta es la prueba evidente de que el PEAG no sirve. Nunca ha servido porque partía, como hemos dicho tantas veces, de unas falsas premisas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario