lunes, 6 de abril de 2009

LA VITICULTURA HUNDIDA EN LA MANCHA





Por Jesús Lara Serrano, publicado en El Periódico de Tomelloso.

Queda visto para sentencia: la viticultura regional hundida a causa de la normativa de la OCM del vino que anula una serie de normativas que eran vitales para el sector. Desconectada de estas ayudas termina su estancia en la UVI y pasa a mejor vida. Es como la historia de aquél matrimonio que mal vivía. Él se informa de que su mujer lo engaña y la acusa. La respuesta es inmediata: -Si tú no traes suficientes ingresos para comer había que hacer algo.

La Administración legisla atando todos los cabos; prevención de riesgos laborales, revisiones médicas a los trabajadores, altas, seguros de accidentes que deben cubrir cualquier supuesto, jornadas reales, contratos, viviendas dignas, transporte adecuado, ITV para todo lo que se mueva, gasóleo bonificado sólo para casos muy específicos, fitosanitarios mínimos... Todo esto es muy lógico en una sociedad moderna y que hasta ahora se ha movido con desenvoltura en casi todos los demás sectores del país.


En el campo el incumplimiento de cualquier apartado ha sido castigado de forma durísima, hasta cuando se ha infligido la norma por desconocimiento, error o por una primera vez pecando de ignorancia. El agricultor no dispone de la permisividad del carterista que roba por debajo de los trescientos euros y parece que no le pasa nada.
En televisión son capaces de asegurar que los rateros profesionales de lo ajeno en días de aglomeraciones se pueden apoderar de 2.000 euros sin complicaciones.
Aquí en el campo los productos agrarios mantienen los mismos precios de hace treinta años, por lo que no le debe extrañar a la Administración que no estén los jóvenes en el campo, que este no sea querido por nadie, y que los agricultores sean poco cumplidores como la mujer de aquél hombre de la historieta, hartos de luchar como gato panza arriba. Es verdad que ni los agricultores, ni ninguna otra profesión, debiera ser subvencionada como norma, y que si de una profesión no se puede vivir: adiós y buenas. Dicen que hay amores que matan. El campo de España mata siempre. Maldito sea el amor a la tierra.


La OCM del vino ha supuesto lanzar a un moribundo desde un avión sin paracaídas. La caída del precio de los cereales es más o menos.

Honradamente pienso que todas las personas que han hecho pu
blicidad a favor de la OCM del vino deberían presentar dimisiones de todos los sillones que ocupen, unos por hacer publicidad engañosa con el dinero de todos, otros, que en teoría están elegidos para defender al sectgor y se han convertido en coristas y palmeros de la Administración, porque como en su día comenté en otro artículo, van a conseguir que se arranque más de la mitad del viñedo del país sin ninguna compensación.

Suponiendo que no se hubiera conseguido nada mejor que esta OCM, se dice que es la menos mala, y que Dios nos coja confesados porque lo blanco es blanco y lo negro es negro, aparte de que las ruedas de molino pasan mal por la garganta.

Al sector del campo le queda la obligación de renovar sus planteles representativos
. Paralizar momentáneamente cualquier obra no imprescindible y dejarse de fusiones no justificables, porque al agricultor todos los céntimos de euro le van a ser pocos, y ahora mismo las fusiones más importantes serían las de las autonomías y no van a realizarse.


Al campo le queda una opción: la de una unidad de todos los profesionales
, competir en la venta directa con las grandes cadenas de alimentación para así poder llegar mucho más barato al consumidor y a la vez conseguir mejores precios para sus productos. Lo que no se demande que no se cultive: esta afirmación debiera estar siendo aireada por los estamentos, que más o menos, se entienden que defienden, o están al servicio del agro.

Lo de producir por debajo de costo, trabajando familias enteras 12 y 14 horas diarias, sin vacaciones, aguantando el peso de la ley, con la frase de , no se puede, no se puede, debiera ser abandonado dentro del baúl que contenga restos de esclavitudes pasadas, pero ya, de una vez por todas.

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