viernes, 21 de marzo de 2008

EL TRASVASE DEL EBRO, ELEMENTO INDISPENSABLE PARA MITIGAR EL CAMBIO CLIMÁTICO




Opinión
El trasvase del Ebro, elemento indispensable para mitigar el cambio climático
20.03.08 -
JOSÉ ALBERTO COMOS GUILLEM

Cuando celebramos el Día Mundial del Agua, debemos recordar que el trasvase del Ebro es una herramienta imprescindible para mitigar y frenar el proceso de desertización que afectará a la región mediterránea como consecuencia del ya incuestionable cambio climático. En la Comunitat Valenciana y en Murcia hay muchísima agricultura que se puede mantener con agua del Ebro y que, por el contrario, no podrá ser regada con agua desalada, debido al elevado coste de la desalación, y al impacto energético de este proceso.En este orden de cosas, cabe destacar que se trata de muchos millones de árboles frutales que frenan la desertización, absorben CO2 y que ya están plantados y crecidos. Y es más, los instrumentos para proveer de los caudales necesarios de agua no deben de ser causantes de aumentar la emisión de CO2 ni de gases de invernadero a la atmósfera, algo que sí ocurre, en cambio, con la desalinización masiva.
Insisto, los impactos ambientales del trasvase del Ebro son mínimos. Este trasvase permitiría la recarga natural de los acuíferos con agua dulce y se obtendrían recursos a un precio mucho más asequible. Y esto es algo que, como ya he dicho, contrasta con los efectos perversos que tiene la macrodesalinización.
El agua es un bien escaso, al que todos tenemos derecho y debemos tener acceso. Y es obligación de los gobiernos proporcionarla y que llegue en buenas condiciones al conjunto de los ciudadanos. En particular, los gobiernos tienen la obligación de viabilizar las transferencias de agua entre cuencas excedentarias y deficitarias. Y la desalinización masiva no es la solución cuando hay fuentes viables de agua dulce.En este sentido, los expertos coinciden en que los vertidos de salmuera causarán daños irreparables en el Mediterráneo. Así, el asesor de la ONU para desarrollo sostenible y recursos hídricos y profesor de Ingeniería Medioambiental de la Universidad de Puerto Rico, Emilio Colón, advierte de que si no se remedia, "la macrodesalinización convertirá al mar Mediterráneo en mar muerto", debido al ritmo de construcción de plantas desalinizadoras, ya que el ecosistema del mediterráneo es muy frágil a cualquier impacto externo porque es un espacio cerrado donde no hay corrientes como en los océanos.Por si fuera poco, estos vertidos aumentarán la salinidad del agua del mar y, por tanto, su densidad, lo que tendrá un impacto de consecuencias imprevisibles en el microclima de la región, al contribuir a una disminución de las escasas lluvias que se registran en la Comunitat Valenciana. Y es que en momentos como el actual, en que comenzamos a notar ya los efectos del calentamiento global sobre éste nuestro planeta Tierra, se hace también más evidente la necesidad de llevar a cabo una política hídrica eficaz, eficiente y en la que predominen valores como la solidaridad entre los pueblos y las regiones.Por esta razón, ahora es más necesario que nunca llevar a cabo una gestión eficaz del agua como garantía de un recurso tan estratégico como vital para nuestro progreso y desarrollo. Y esta gestión eficaz de los recursos hídricos pasa, precisamente, por la conjugación de los diferentes recursos, lo que incluye, necesariamente, los trasvases.Es decir, son imprescindibles instrumentos de planificación hidrológica como la depuración de aguas residuales, la reutilización de las mismas, el abastecimiento de aguas subterráneas, la modernización de regadíos, la desalinización en determinados puntos de la costa y, por supuesto, y como vengo diciendo, trasvases como el del Ebro. Porque la cuestión que muchos nos planteamos es bien sencilla: ¿por qué no utilizar todos los instrumentos que la ciencia y la tecnología nos ofrecen sin tener que descartar ninguno?. Seguro que muchos ciudadanos se hacen la misma pregunta, pero la respuesta está en manos del Gobierno.Es de sentido común que, a mayor número de instrumentos, incluido el trasvase del Ebro, mayor será la confiabilidad del recurso agua. Porque, a diferencia de lo que muchos podrían pensar, los trasvases no están contraindicados con el cambio climático. Antes bien lo contrario: el cambio climático obliga a los trasvases.
Y ésta no es sólo mi opinión, sino la de expertos de renombre internacional.Un ejemplo lo encontramos en el catedrático de Análisis Geográfico y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad Jaume I de Castellón, José Quereda. El profesor Quereda coordina un estudio sobre la incidencia del cambio climático en la Comunitat, concretamente sobre las cuencas del Júcar y del Segura, y en el mismo se recoge que el incremento de temperatura previsto para la Comunitat en los modelos establecidos hace prever una disminución de los recursos hídricos en las cuencas de estos ríos valencianos de entre un 25% y un 40%.Se trata, por tanto, de un escenario de gran severidad que va a situar el problema del agua en el centro de todas nuestras preocupaciones inmediatas.
Todas las estrategias de adaptación y mitigación van a ser necesarias, reitero. Y en el centro de las mismas, y con un total respeto al medio ambiente, deben situarse las conexiones intercuencas, como complemento de los recursos hídricos alternativos proporcionados por la depuración, la desalación y una gestión eficaz del consumo, vuelvo a insistir.
Es también de la misma opinión el catedrático de Ciencias Ambientales y profesor de la Universidad de Princeton, el venezolano Ignacio Rodríguez-Iturbe, galardonado en 2002 con el Stockholm Water Prize, considerado el Premio Nobel del Agua. Según Rodríguez-Iturbe, "precisamente, el cambio climático obliga al trasvase del Ebro", ya que "el agua será un bien cada vez más escaso en la Comunitat Valenciana y la desalinización no es respuesta suficiente", añade el catedrático.
Este experto, al igual que muchos otros, afirma que las desalinizadoras aportan menos cantidad de agua, tienen un coste energético mucho mayor que los trasvases y una vida útil mucho menor. "La desalinización masiva no se lleva bien con el protocolo de Kioto", sentencia en este sentido Rodríguez-Iturbe.
Respecto al impacto ambiental que supuestamente ocasionaría el trasvase del Ebro, otro experto de reconocidísimo prestigio internacional, el profesor y catedrático de Ingeniería ecológica de la Universidad de California-Berkeley, Alex Horne, destaca que esta transferencia posibilitaría la recuperación del Delta del Ebro y generaría repercusiones positivas con mínimos impactos ambientales.Sobre este asunto, Alex Horne, afirma que "la posibilidad histórica de hacer un trasvase del Ebro generaría un gran beneficio para España en su conjunto, porque no sólo permitiría trasvasar agua a una zona deficitaria, sino que posibilitaría hacer una restauración de alto nivel y dejaría en óptimas condiciones la zona del delta". Es decir, como dicen los sociólogos 'suma cero'. Esto es, ganamos todos con el trasvase del Ebro.
Porque, en definitiva, cuando hablamos de trasvases, como si lo hacemos de cualquier otro recurso de abastecimiento, se trata de acciones solidarias, en este caso en materia hídrica, y entre regiones hermanas, desde una cuenca excedentaria a otra que es deficitaria.
Por todo ello, debemos tener presente el cambio climático y la necesidad de ahorrar y gestionar eficazmente los recursos hídricos de los que todavía disponemos. No debemos olvidar nunca que en el ahorro del recurso agua somos líderes y punteros desde hace siglos. No en vano, las cifras de modernización de riego localizado en la Comunitat nos sitúan al nivel de cotas de modernización alcanzadas en California o Israel, por poner algún ejemplo.
En definitiva, las desalinizadoras no son suficiente y el cambio climático, que es cada vez más evidente, y contra el cual debemos luchar, obliga a realizar el trasvase del Ebro. Agua es progreso. (Las Provincias).

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