Todos trasvasistas

PEDRO A. LÓPEZ GAYARRE

12 de febrero de 2008. Como uno tiene dicho hace mucho tiempo que es trasvasista con todas las de la ley, cuando llegan unas elecciones no tiene que andar disimulando su verdadera naturaleza. Aquí se ha instalado la idea de que lo que da votos es decirle al elector una cosa cuando vota en las autonómicas y otra cuando lo hace en las generales.Hace unos meses todos juraban el fin del trasvase Tajo-Segura, que al fin y al cabo es el trasvase por antonomasia, y ahora de pronto aparece en algunos el discurso de la solidaridad entre territorios y cuencas. Las dos almas que conviven en el mismo cuerpo y como el nuevo Jeckill y Hide aparecen según el periodo electoral en que muda la luna. Cuando el gobierno de Rodríguez Zapatero arrojó a la papelera el Plan Hidrológico Nacional, que había sido aprobado muy mayoritariamente, para asegurarse el apoyo de los nacionalistas catalanes de la Ezquerra, cerró cualquier posibilidad de que sus compañeros castellano manchegos tuvieran durante al menos una legislatura un discurso coherente. Por mucho que se esfuerzan en firmar declaraciones solemnes en las que se pone fecha de caducidad al trasvase, hasta el más despistado de su partido sabe que eso no se cumplirá con una situación de dependencia parecida en el Congreso de los Diputados. Las dos almas del PSOE salen a flote en estos tiempos electorales y las afirmaciones solemnes que tan bien suenan cuando se encampana la voz y se pretenden vender discursos de Estado no hacen más que añadir contradicciones sobre las contradicción permanente de depender de los nacionalistas para construirlo.Se dice que Castilla La Mancha vota con la mano derecha en las generales y con la izquierda en las autonómicas y se quiere ver en ello el compendio de la filosofía sanchopancesca de los habitantes de esta tierra. A uno ahora que muda la luna se le hace cuesta arriba volver a oír una mandanga envuelta en una música que se parece demasiado a la que suena al norte del Ebro. Cosa de los tiempos.