Labrador de tierra adentro
Campesino de La Mancha
Pardo de sudor y tierra
Curvo de timón y arado.
Porque cantas cuando lloras
Porque lloras cuando cantas
Porque ocultas tus pesares
En el fondo de tu alma,
Hoy vengo a poner mis versos
Al filo de tu besana.
Y a soñar como tú sueñas,
Riegos de lluvias tempranas,
Y a nutrir el surco abierto
Con semilla de esperanza.
Porque yo soy como tú
Hijo de las tierras llanas,
Amigo del cardo seco,
Y novio de la retama.
Y he sentido en propia carne,
Como tú cada mañana,
Los latigazos del cierzo
Y el aguijón de la escarcha.
Por eso vengo a buscarte
Desde mi torre de plata,
Para compartir contigo
Tus afanes y tus ansias,
La luz de tus primaveras
Y el gris de tus otoñadas.
¡Ay! Campesino manchego
Hoja de mi misma rama
Cómo me duelen tus penas
Y tu soledad cansada.
Naces y cruzas la vida
Con el silencio en el alma,
Navegas mares de tierra
Sin saber por dónde pasas,
Y nadie advierte en el polvo
Las huellas de tus pisadas.
Desde que el sol se despierta
Al toque de la calandria
Hasta que la luna viene
A relevarle en su guardia
Vas tejiendo surco a surco
La tela de tu mortaja.
Y en la rugosa corteza
De la encina solitaria
Ves grabarse trazo a trazo
La geometría de tu caja.
Naces para ser hormiga
Y como hormiga te afanas
Y cuando el grano aún caliente
Roza el umbral de tu casa
Viene a barrer tu granero
La escoba de la cigarra.
Labores de claro y oscuro
Con la ilusión del mañana
Das como el árbol tu fruto
Sin pedir a cambio nada.
Y en premio de tu sacrificio
La sociedad que amamantas
Se burla de tu rudeza
Y critica de tu ignorancia.
No sabe que está en tus manos
Encallecidas y honradas
La llave de su despensa
El grifo de su abundancia.
Tu que todo lo produces
Y no disfrutas de nada
Tu que fabricas banquetes
Y te nutres de migajas.
Tu que multiplicas panes
Y das en cada sembrada
Por cada grano una espiga
Por cada espiga una hogaza.
Para ti no hay homenajes
Ni discursos ni medallas
Ni en la historia se registra
El valor de tus hazañas,
Sólo la tierra recoge
La grandeza de tu alma.
Labrador de tierra adentro
Campesino de La Mancha
Pardo de sudor y tierra
Curvo de timón y azada
Despierta de tu letargo
Y grita al mundo ¡ya basta!
Abajo los privilegios
Fuera el orgullo de raza.
Ni mendigos ni señores
Ni explotadores ni parias
Que viva quien siembre vida
Que ayune quien no trabaja.
Ramón Alarcón Crespo.
Campesino de La Mancha
Pardo de sudor y tierra
Curvo de timón y arado.
Porque cantas cuando lloras
Porque lloras cuando cantas
Porque ocultas tus pesares
En el fondo de tu alma,
Hoy vengo a poner mis versos
Al filo de tu besana.
Y a soñar como tú sueñas,
Riegos de lluvias tempranas,
Y a nutrir el surco abierto
Con semilla de esperanza.
Porque yo soy como tú
Hijo de las tierras llanas,
Amigo del cardo seco,
Y novio de la retama.
Y he sentido en propia carne,
Como tú cada mañana,
Los latigazos del cierzo
Y el aguijón de la escarcha.
Por eso vengo a buscarte
Desde mi torre de plata,
Para compartir contigo
Tus afanes y tus ansias,
La luz de tus primaveras
Y el gris de tus otoñadas.
¡Ay! Campesino manchego
Hoja de mi misma rama
Cómo me duelen tus penas
Y tu soledad cansada.
Naces y cruzas la vida
Con el silencio en el alma,
Navegas mares de tierra
Sin saber por dónde pasas,
Y nadie advierte en el polvo
Las huellas de tus pisadas.
Desde que el sol se despierta
Al toque de la calandria
Hasta que la luna viene
A relevarle en su guardia
Vas tejiendo surco a surco
La tela de tu mortaja.
Y en la rugosa corteza
De la encina solitaria
Ves grabarse trazo a trazo
La geometría de tu caja.
Naces para ser hormiga
Y como hormiga te afanas
Y cuando el grano aún caliente
Roza el umbral de tu casa
Viene a barrer tu granero
La escoba de la cigarra.
Labores de claro y oscuro
Con la ilusión del mañana
Das como el árbol tu fruto
Sin pedir a cambio nada.
Y en premio de tu sacrificio
La sociedad que amamantas
Se burla de tu rudeza
Y critica de tu ignorancia.
No sabe que está en tus manos
Encallecidas y honradas
La llave de su despensa
El grifo de su abundancia.
Tu que todo lo produces
Y no disfrutas de nada
Tu que fabricas banquetes
Y te nutres de migajas.
Tu que multiplicas panes
Y das en cada sembrada
Por cada grano una espiga
Por cada espiga una hogaza.
Para ti no hay homenajes
Ni discursos ni medallas
Ni en la historia se registra
El valor de tus hazañas,
Sólo la tierra recoge
La grandeza de tu alma.
Labrador de tierra adentro
Campesino de La Mancha
Pardo de sudor y tierra
Curvo de timón y azada
Despierta de tu letargo
Y grita al mundo ¡ya basta!
Abajo los privilegios
Fuera el orgullo de raza.
Ni mendigos ni señores
Ni explotadores ni parias
Que viva quien siembre vida
Que ayune quien no trabaja.
Ramón Alarcón Crespo.
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