Los agricultores esperan una subida del precio del trigo
Este año se espera una buena cosecha de cebada y una muy buena de trigo. En España se han sembrado este año mas de seis millones de hectáreas de trigo. El trigo, al venir algo retrasado, está provocando el agotamiento de las reservas de los almacenes. La caída de las existencias y la subida de los costes de producción auguran un alza en los precios.
Las lluvias de enero y febrero fueron casi nulas, mientras que mayo y junio fueron de los mas lluviosos en los últimos años. La humedad de estos meses puede haber influido negativamente en la calidad. En cuanto a la cantidad puede haber un 15% menos de lo esperado, con producciones que varían entre los 4.000 y los 2.200 kg/ha.
Intranquilidad en el mercado
La tendencia de los precios es al alza por el agotamiento de las reservas y el aumento de los costes de producción. La humedad de los campos impidió entrar este año a las cosechadoras en los sembrados, y cuando por fin salió el sol la huelga de transportes interrumpió el inicio de la cosecha al impedir moverse por las carreteras a las máquinas, que de todas formas tampoco tenían camiones para cargar lo recolectado. Como consecuencia, la recolección está ahora terminándose en Andalucía y Extremadura y en plena campaña en Castilla- La Mancha y Aragón, mientras que en Castilla y León, la principal zona productora del país, ni siquiera ha comenzado todavía. La realidad es que apenas hay un grano de trigo de este año en los mercados, cuando la campaña 2008-2009 de comercialización de cereales comenzó oficialmente el pasado martes 1 de julio.
Haya o no retrasos, las fábricas de pasta y las harineras tienen que seguir trabajando, así que se sigue tirando de las cada día más reducidas existencias del año pasado. De hecho, según los cálculos del sector, ahora deberían quedar en los almacenes unos dos millones de toneladas de existencias de cereal, cuando el consumo español en un solo mes es de 2,4 millones de toneladas.
El agotamiento de las reservas es el primer factor que está introduciendo intranquilidad en el mercado y tirando de los precios de los cereales hacia arriba.
Como todos los años, ya han empezado las negociaciones de compraventa entre agricultores, almacenistas y fabricantes, así que los nervios andan a flor de piel. Los compradores hablan de 50 pesetas para el kilo de trigo duro, y de 40 para el blando, y el precio para el trigo blando de la Lonja de Barcelona, que marca la pauta, está ahora a 38,26 pesetas (el campo sigue con la peseta como unidad de medida). Y está así desde el 27 de mayo, sin moverse, a la expectativa de una nueva cosecha que no termina de llegar.El año pasado los agricultores se perdieron las grandes subidas. Vendieron a almacenistas, fabricantes y exportadores a una media de entre 25 y 32 pesetas kilo allá por julio y agosto, pero luego en diciembre llegó a superar las 80 pesetas kilo. Por ahora, los agricultores prefieren esperar. ¿Acertarán?
En cebadas, en la zona de La Mancha se está pagando entre 30 y 33 pesetas/kg.
Volatilidad en el mercado
Por segundo año consecutivo las incertidumbres ensombrecen un mercado tradicionalmente muy estable. En un país como España, que produce de media 20 millones de toneladas de cereal y consume 28 millones, los precios los marca la importación y dependen de la evolución de los mercados internacionales, que ahora mismo son alcistas. En el hemisferio sur acaban de cerrar la segunda campaña mala consecutiva: en Australia, su media de 25 millones de toneladas ha quedado reducida a 13. Y siguen en sequía, lo que augura más cosechas cortas y descensos en las existencias (los ‘stocks' mundiales son los más bajos en 30 años).
En los grandes productores del hemisferio norte, EEUU, Canadá, el Mar Negro y Europa, como en España, "la previsión es de una súper cosecha" asegura Antonio Catón, responsable de herbáceos de la Confederación de Cooperativas Agrícolas. Pero los costes se están disparando. Si este año los agricultores no consiguen un precio que compense, caerá el número de hectáreas .
Este año se espera una buena cosecha de cebada y una muy buena de trigo. En España se han sembrado este año mas de seis millones de hectáreas de trigo. El trigo, al venir algo retrasado, está provocando el agotamiento de las reservas de los almacenes. La caída de las existencias y la subida de los costes de producción auguran un alza en los precios.
Las lluvias de enero y febrero fueron casi nulas, mientras que mayo y junio fueron de los mas lluviosos en los últimos años. La humedad de estos meses puede haber influido negativamente en la calidad. En cuanto a la cantidad puede haber un 15% menos de lo esperado, con producciones que varían entre los 4.000 y los 2.200 kg/ha.
Intranquilidad en el mercado
La tendencia de los precios es al alza por el agotamiento de las reservas y el aumento de los costes de producción. La humedad de los campos impidió entrar este año a las cosechadoras en los sembrados, y cuando por fin salió el sol la huelga de transportes interrumpió el inicio de la cosecha al impedir moverse por las carreteras a las máquinas, que de todas formas tampoco tenían camiones para cargar lo recolectado. Como consecuencia, la recolección está ahora terminándose en Andalucía y Extremadura y en plena campaña en Castilla- La Mancha y Aragón, mientras que en Castilla y León, la principal zona productora del país, ni siquiera ha comenzado todavía. La realidad es que apenas hay un grano de trigo de este año en los mercados, cuando la campaña 2008-2009 de comercialización de cereales comenzó oficialmente el pasado martes 1 de julio.
Haya o no retrasos, las fábricas de pasta y las harineras tienen que seguir trabajando, así que se sigue tirando de las cada día más reducidas existencias del año pasado. De hecho, según los cálculos del sector, ahora deberían quedar en los almacenes unos dos millones de toneladas de existencias de cereal, cuando el consumo español en un solo mes es de 2,4 millones de toneladas.
El agotamiento de las reservas es el primer factor que está introduciendo intranquilidad en el mercado y tirando de los precios de los cereales hacia arriba.
Como todos los años, ya han empezado las negociaciones de compraventa entre agricultores, almacenistas y fabricantes, así que los nervios andan a flor de piel. Los compradores hablan de 50 pesetas para el kilo de trigo duro, y de 40 para el blando, y el precio para el trigo blando de la Lonja de Barcelona, que marca la pauta, está ahora a 38,26 pesetas (el campo sigue con la peseta como unidad de medida). Y está así desde el 27 de mayo, sin moverse, a la expectativa de una nueva cosecha que no termina de llegar.El año pasado los agricultores se perdieron las grandes subidas. Vendieron a almacenistas, fabricantes y exportadores a una media de entre 25 y 32 pesetas kilo allá por julio y agosto, pero luego en diciembre llegó a superar las 80 pesetas kilo. Por ahora, los agricultores prefieren esperar. ¿Acertarán?
En cebadas, en la zona de La Mancha se está pagando entre 30 y 33 pesetas/kg.
Volatilidad en el mercado
Por segundo año consecutivo las incertidumbres ensombrecen un mercado tradicionalmente muy estable. En un país como España, que produce de media 20 millones de toneladas de cereal y consume 28 millones, los precios los marca la importación y dependen de la evolución de los mercados internacionales, que ahora mismo son alcistas. En el hemisferio sur acaban de cerrar la segunda campaña mala consecutiva: en Australia, su media de 25 millones de toneladas ha quedado reducida a 13. Y siguen en sequía, lo que augura más cosechas cortas y descensos en las existencias (los ‘stocks' mundiales son los más bajos en 30 años).
En los grandes productores del hemisferio norte, EEUU, Canadá, el Mar Negro y Europa, como en España, "la previsión es de una súper cosecha" asegura Antonio Catón, responsable de herbáceos de la Confederación de Cooperativas Agrícolas. Pero los costes se están disparando. Si este año los agricultores no consiguen un precio que compense, caerá el número de hectáreas .
No hay comentarios:
Publicar un comentario