Me tomo en El Sol unos estupendos vinos verdejo de La Mancha con un amigo ganadero, mientras al fondo se oyen los silbatos de los que protestan frente al Ayuntamiento porque el matadero municipal va a pasar de manos y 150 familias corren el riesgo de quedarse en la calle.
"El año pasado, me dice mi amigo, cada día perdía 90 euros, este año, me cuesta la broma 120 euros diarios. Todo sube, los piensos no bajan, yo ya no sé lo que hacer. Los de la luz van a quitar la tarifa plana, me renuevan por un año, pero es la muerte dulce. Si cierro me preocupan los tres empleados que tengo, pero mas me preocupa mi suerte y la de mi hijo. Con 49 años ¿dónde voy?, ¿y mi hijo?, que lleva mas de doce años conmigo. Pero no entiendo a los sindicatos, ahora quieren hacer una manifestacion en Toledo pero dicen que "se trata na más que de sacar los gastos del entierro". Esto tiene que reventar por algún lado.
Yo le digo que hay que ver lo que han hecho en Argentina, ya llevan dos ministros a la calle, y aquí habrá que hacer lo mismo: sacar la gente a las carreteras, cortar los sumisitros de las ciudades, cualquier cosa menos seguir parados esperando ver nuestro nombre en la tablilla.
En la calle los del matadero siguen pitando. Los sindicatos obreros ni aparecen. Al final se entenderán los dos industriales en liza con los del Ayuntamiento, y en lugar de ir 130 a la calle solo irán 70, y todos dirán que ha sido un éxito. Todos menos los 70 que se vayan al paro. 70 tragedias personales. 70 frustraciones más. Pero la vida sigue. Y siempre perdemos los mismos.
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